lunes, 10 de diciembre de 2012

Normalmente Anormal 1

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Quiero tomar prestado el titulo de esta banda, porque siento que resume un poco lo que intentaré describir a continuación.
El viernes por la noche regrese a Tulkarm.
Estuve en mis días libres. Visite algunos lugares en Jerusalén, tales como la tumba de María Magdalena, el Monte de lo Olivos, entre otros. Es imposible caminar entre los turistas, y cada vez que uno llega al centro de la cuestión se encuentra con diferentes tipos de piedras, grandes y chicas, que simbolizan el lugar donde Jesús oró, donde Jesús lloró, donde María murió, donde los discípulos caminaron, donde algún pastor dejó sus ovejas pastando... Muchas piedras, piedras en los recuerdos, piedras en la memoria, piedras en los muros, corazones hechos piedra...
Si le sumo a la decepción que me lleve en los lugares, la cantidad de gente que había besando muros, arrastrándose por los suelos, comprando estampillas, prendiendo velas y sacando fotos, seguramente me quedaba debajo de algún árbol leyendo la biblia y dejando volar mi imaginación y mi fe por lugares que nunca pude ver. Por alguna u otra razón no lo hice y compré. En fin, ustedes sabrán, turismo religioso, pequeñas migajas de objetos que han transitados eras brindando sentido a muchas formas de fe: la gente se amontona, se empuja y se falta el respeto en los “lugares santos” por un pedacito de santidad y por una foto.
A mi fe le interesa transitar algún otro lugar, otros caminos, alguna realidad más palpable desde el cuerpo que se enfrenta cuerpo a cuerpo con los que sufren y lloran en vida, aquellos que todavía respiran y duelen; para mí, en el encuentro cara a cara con el otro y la otra, la fe se manifiesta con todo su esplendor y transforma las realidades de dolor y angustia en realidades de amor y alegría; en el encuentro con el otro y la otra, Dios se hace carne y patea la vida junto a nosotros y nosotras.
Quizás ese día estaba particularmente sensible.
Ciudad Santa al servicio del capitalismo globalizado, propuestas mercantiles en sus calles; gente quebrando los muros de la ciudad para venderlos como subvenir y desparrarlos por el mundo; gente que quiere sobrevivir en la Ciudad de Dios o Dioses.
De nuevo en el noroeste del West Bank. De nuevo a la normalidad de los anormal.
Ayer, domingo, fui de nuevo a Nablus, a celebrar con los hermanos y hermanas en Cristo. Esta vez la misa fue en la Iglesia Católica Latina de Nablus. Llegué tarde porque me perdí. La misa iba entrando en la parte de la confesión de pecados. Iglesia chica, pero llena: algunos locales, algunas monjas, algunos Acompañantes Ecuménicos de Tulkarm, Janun y Jayyuos; enfrente, el cura y el monaguillo haciendo lo pertinente.
Entré, me senté junto a una monja que al parecer no le gusto mucho el aspecto de mi cara y mis adornos en las orejas; no me miró más, solo se limitó a rezar. ¿Abra rezado por mi? La misa transcurría con total normalidad.
Cuando llegó el momento de la eucaristía, el padre y el monaguillo realizaron la ceremonia propia de este momento, y los celebrantes nos dispusimos a caminar hacia el altar y recibir el cuerpo y la sangre de Cristo.
Se armó la fila en clave peregrinación, y comenzamos a caminar.
Casi todos los Acompañantes Ecuménicos nos dispusimos a caminar mezclados entre los locales y las monjas, en la fila. Cuando llegó mi turno, el padre me miró a los ojos y con vos firme y en inglés me preguntó: - Are you Catholic? (¿eres tu Católico?)
Con vos decidida y sin pensar contesté: -Yes (Si).
Como muchos sabrán, aquellos que no confesamos la fe y no hemos recibido el bautismo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, no tenemos permitido comulgar en la administración eucarística de dicha iglesia.
Cuando caminaba hacia mi banco de nuevo, sonreí porque le mentí al cura y porque me acordé que al otro día (10 de diciembre), o sea, hoy, sería el cumpleaños de una hermana católica que quiero un bocha, con las cual hemos gastado, malgastado y disfrutado infinidad de horas debatiendo sobre dogmas, interpretaciones bíblicas y formas de acompañamiento pastoral; aprovecho este espacio para saludarla: Feliz Cumple Negra!!! y que el Tata te siga bancando como hasta ahora, y oh-ala que puedas seguir compartiendo esa fe hermosa que tenes por muchos lugares más. Salú.
El cristianismo oriental, se preocupa a menudo por las barreras dogmáticas de las otras macro confesiones, y creo yo, que poco sé del mundo católico cristiano, que se olvida algunas veces de mirar hacia el ombligo, una vez más.
El lunes transcurrió con normalidad: monitoreo en una puerta agrícola, monitoreo en una puerta escolar, visita en la casa de Ahmad, y por la tarde, clases de conversación de inglés en el Campo de Refugiados de Tulkarm.
Hace poco más de dos semanas que estoy en Tulkarm. La ansiedad ha bajado en poco. Sigo sin yerba para el mate, no compro más cigarrillos porque son carísimos, pero no deje de fumar, no se ilusionen; he comenzado a formar parte de los armadores: tabaco y papel. El café árabe a copado la parada, y ya he tomado más café en dos semanas de lo que he tomado en toda mi vida.
Muchas cosas me siguen impresionando, otras ha pasado al rango de lo normal, y aquí me gustaría hacer un alto para que pensemos juntos la normalidad.
No me gusta mucho lo normal, lo estático, la no movilidad, la sensación de estar paralizado, pero, ¿a quién si?
En los Territorios Palestinos hay muchas realidades que aparentan ser normales, la gente las vive con total normalidad, o por lo menos, es lo que parece por afuera. ¿y que pasará por dentro?
Check-points, puertas agrícolas, puertas escolares, colonos israelíes armados y sedientos de tierra, demolición de edificios para que los espacios queden vacíos, sin casas, sin gente, sin vida; asesinatos caratulados como atentados terroristas, rutas demolidas y bloqueadas, pasaportes prestados; muros por todos lado, barreras en cada esquina, separaciones artificiales en busca de la seguridad nacional; seres humanos enjaulados como animales peligrosos, mujeres y niños llorando la muerte de sus padres, maridos y hermanos por los canales de televisión; la ilusión del control sobre lo incontrolable. Los sistemas están configurados para controlar cuerpos, mentes, deseos y sueños.
De un lado apelan al control, del otro, a la resistencia. De un lado se defienden con armas, del otro, con piedras. De un lado son legales, del otro, ilegales. La barreras reales y simbólicas se alzan día a día en Medio Oriente, y algunas ya forman parte de la cotidianidad de niños, adultos y ancianos. “Ya es así y es lo que hay”.
Alunas voces no están de acuerdo con esta forma de normalidad.Algunas voces resuenan a-normales y van contra-corriente 
Yo me sumo a ellas y les cuento que existe un Estado reconocido por muchos países, allá largo y hacia el final de los '40, que quiere que familias enteras vivan apartadas, quiere que se desmiembren los vínculos y que las fuerzas desaparezcan, quiere separar para controlar.
También existen otros y otras, que son un Deseo de Estado que se defiende con la sonrisa y la paciencia, y que día y noche se cuidan mutuamente entre familias, hermanos, barrios y ciudades, y que rezan a su Dios por la unión en medio de la des-unión.
Después de haberme desilusionado en los lugares santos y de mentirle al cura, mi fe tambalea, pero no desaparece. Sigue, hoy más que nunca, siendo la fuente de mis ganas de vivir, aprender y cuestionar la normalidad de lo anormal.
Me despido esperando.
Quiera el Dios de la Creación que la cotidianidad no nos ahogue, que las barreras que muchas veces nosotros mismos construimos no logren aislarnos de la alegría y la bendición del encuentro con otros y otras para que nazcan nuevos horizontes; quiera ese mismo u otro Dios que las construcciones que nacen de nuestras razones se pongan al servicio de la paz y el amor, y que la herramientas que fabricamos estén al servicio de la Creación y no de la destrucción.
Hasta otro día.  
10.12.12 – Tulkarm - Territorios Palestinos
Jonathan Michel

1Normalmente anormal es el primer DVD de la banda uruguayaLa Vela Puerca” cuyo nombre se debe a la frase de la canción Escobas del disco A contraluz: "Es algo normalmente anormal"

1 comentario:

  1. Gracias mi hermano, otra vez me dejas sin palabras, pero vos me conocés bien y sabés lo que mi ser quiere expresarte.
    Estás en todas mis oraciones, estás siempre en mi vida, gracias a Dios.
    Bendiciones y mucha energía de la que hace vibrar las cuerdas de la viola de tu alma hermosa.
    La Negra

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